¡Felices Fiestas!

¡Por fin han llegado las fiestas de Navidad! Después de mucho tiempo en Madrid, estudiando y pasando los días como podía... vuelvo a estar en casa ^^ Aquí tengo menos tiempo aun para escribir alguna entrada nueva, pero al menos quería felicitarles las fiestas, y desearles todo lo mejor en estos días!
Yo no he empezado con muy buen pie... el domingo pasado monté a Dalaran por primera vez desde hace 2 meses y medio, y el lunes amaneció coja :( Tiene tendinitis, así que le toca mucho reposo hasta que se cure del todo. Esperemos que se mejore pronto y no vuelva a recaer, lo pediré como deseo para el nuevo año!
Les dejo una fotito del domingo con la pequeña.


Un beso a todos, y...

¡¡Feliz Navidad y Prospero año 2010!!

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Significado de las estatuas ecuestres

Ayer paseaba por la Puerta del Sol con mi amiga Andrea, cuando al ver la estatua ecuestre que hay allí recordé algo que me contaron hace bastante tiempo, y al igual que ella nunca había oído nada sobre el tema, seguro que muchos de ustedes tampoco, por eso hoy les traigo esta entrada ^^

Las tan conocidas estatuas ecuestres que solemos ver en parques y plazas suelen ser de grandes héroes de guerra o de personas que han tenido altos cargos en la sociedad, además, tienen un significado histórico, otorgándonos información acerca de como fue la muerte de su jinete, el protagonista de la estatua. De este modo, nos podemos encontrar ante 3 diferentes casos:



Si el caballo se encuentra con las cuatro patas apoyadas en el suelo, o incluso en modo de reposo (con una pata trasera semi apoyada), esto significará que su jinete murió por causas naturales, totalmente ajenas a la batalla. También pudiendo significar que murió habiendo ya perdido su poder o puesto de mando.








Si está con las dos manos o patas delanteras en alto, como realizando una levada o posada, querrá decir que su jinete pereció en pleno combate; también tomando el significado de que murió teniendo aun el poder o puesto de mando.









Si el caballo solo tiene una mano o pata anterior en el aire, ya sea estirada hacia delante o flexionada elevándola sutilmente, significa que su jinete murió a causa de heridas provocadas en la batalla, pero no en pleno combate, sino posteriormente a el.






Esto solo es una norma general que solía llevarse a cabo al realizar las estatuas, pero no quiere decir que sea así en todas. Hay algunas en las que no corresponde la posición del caballo con la muerte de su jinete.

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El Frisón

•Orígenes:

Originario de la comarca de Frisia, al norte de Holanda, existente desde hace miles de años.
Los soldados romanos montaban caballos de este tipo, y al llevarlos a Inglaterra comenzaron a cruzarlos con razas pesadas y andaluces. Tuvo unos momentos de máximo esplendor en los siglos XVI y XVII, pero debido a los cruces, fue desapareciendo la raza, hasta que en 1913 solo quedaban 3 sementales en Frisia, últimos 3 sementales de la raza en todo el mundo. Gracias a los defensores y mayores criadores de esta raza, aun hoy podemos disfrutarla.

•Características:

-Cabeza: bastante larga, pero proporcionada. Las orejas suelen ser pequeñas en comparación a la cabeza, puntiagudas, y siempre las llevan erguidas. Muy expresivo.

-Cuello: muy poderoso y algo arqueado, gran base de inserción al cuerpo. Con una larga y abundante crin que lo recubre, normalmente ondulada. La cruz prácticamente no se les nota.

-Cuerpo: fuerte y compacto. Antiguamente eran más pesados, en la actualidad se busca una línea más estilizada.

-Extremidades: finas y algo cortas en comparación con el resto del cuerpo. Muy buenas articulaciones potentes y notorias.

-Cuartos traseros: grupa inclinada y musculosa.

-Cola: espesa y abundante, algo rizada.

-Cascos: normalmente de color claro, bien formados. Siempre están cubiertos de una gran capa de pelo que se origina en el menudillo.

-Alzada: de 1.50 - 1.60 m.

-Capas: exclusivamente negra.

-Curiosidades: antiguamente, para identificarlos, se les hacia un tatuaje debajo de la lengua, ya que no se podía identificar por marcas externas (aunque este tatuaje se difuminaba con el tiempo). Esta práctica se dejo de llevar a cabo con la aparición del chip.

•Temperamento y aptitudes:

Es uno de los caballos con mejor temperamento, es equilibrado, enérgico, noble y calmado.
En sus inicios se utilizaba como caballo de tiro y para trabajar en el campo, pero su rol ha ido cambiando a medida que se han buscado las líneas más deportivas. Caballo totalmente polifacético, que por su elegancia y buenos movimientos se usa para exhibiciones de monta y aires; y que por sus capacidades deportivas se usa para doma, alta escuela o incluso salto.

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¡Mi reino por un caballo!


Hoy les dejo con el texto que narra la muerte del rey Ricardo III, derrota en 1948 inmortalizada por Shakespeare, en el verso "¡Un caballo, un caballo! ¡Mi reino por un caballo!" Seguro que alguna vez han escuchado esa frase, pero no todos han leído el texto. Espero que les guste, a mi me encanta ^^





El rey Ricardo se preparaba para la batalla de su vida. Un ejército conducido por Enrique, conde de Richmond, marchaba contra él. El combate decidiría quién gobernaría Inglaterra.

La mañana de la batalla, Ricardo envió a un palafrenero a comprobar si su caballo favorito estaba preparado.

-Ponle pronto las herraduras -le dijo el palafrenero al herrero-. El rey desea cabalgar al frente de sus tropas.

-Tendrás que esperar -respondió el herrero-. En estos días he herrado a todo el ejército del rey, y ahora debo conseguir más hierro.

-No puedo esperar -gritó el palafrenero con impaciencia-. Los enemigos del rey avanzan, y debemos enfrentarlos en el campo. Arréglate con lo que tengas.

El herrero puso manos a la obra. Con una barra de hierro hizo cuatro herraduras. Las martilló, las moldeó y las adaptó a los cascos del caballo. Luego empezó a clavarlas. Poco después de clavar tres herraduras, descubrió que no tenía suficientes clavos para la cuarta.

-Necesito un par de clavos más -dijo-, y me llevará un tiempo sacarlos de otro lado.

-Te he dicho que no podía esperar -dijo el impaciente palafrenero. Ya oigo las trompetas. ¿No puedes apañarte con lo que tienes?

-Puedo poner la herradura, pero no quedará tan firme como las otras.

-¿Aguantará? -preguntó el palafrenero.

-Tal vez, pero no puedo asegurártelo.

-Pues clávala -exclamó el palafrenero-. Y deprisa, o el rey Ricardo se enfadará con los dos.

Los ejércitos chocaron, y Ricardo estaba en lo más fiero del combate. Cabalgaba de aquí para allá, alentando a sus hombres y luchando contra sus enemigos.

-¡Adelante, adelante! -gritaba, lanzando sus tropas contra las líneas de Enrique.

A lo lejos, del otro lado del campo, vio que algunos de sus hombres retrocedían. Si otros los veían, también se retirarían. Ricardo espoleó su caballo y galopó hacia la línea rota, ordenando a sus soldados que regresaran a la batalla.

Estaba en medio del campo cuando el caballo perdió una herradura. El caballo tropezó y rodó, y Ricardo cayó al suelo.

Antes que el rey pudiera tomar las riendas, el asustado animal se levantó y echó a correr. Ricardo miró en derredor. Vio que sus soldados daban media vuelta y huían, y las tropas de Enrique lo rodeaban.

Agitó la espada en el aire.

-¡Un caballo! -gritó-. ¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!

Pero no había ningún caballo para él. Su ejército se había desbandado, y sus tropas sólo pensaban en salvarse. Poco después los soldados de Enrique se abalanzaron sobre él, y la batalla terminó.

Y desde esos tiempos, la gente dice:

Por falta de un clavo se perdió una herradura,

por falta de una herradura, se perdió un caballo,

por falta de un caballo, se perdió una batalla,

por falta de una batalla, se perdió un reino,

y todo por falta de un clavo de herradura.



William J. Bennett. El libro de las virtudes.

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